Pensamiento Crítico y Pensamiento Complejo
Compartir artículo

Quiero compartir algunas reflexiones sobre dos conceptos que considero fundamentales: el pensamiento crítico y el pensamiento complejo. A lo largo de mi trayectoria personal, profesional, empresarial y académica, he descubierto que ambos son de enorme importancia a la hora de analizar problemas, tomar decisiones y comprender mejor el entorno que nos rodea y por esta razón he querido destinar algo de tiempo para redactar este documento.

Origen de los términos

El pensamiento crítico tiene sus raíces en la antigua Grecia, con figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes ya se cuestionaban la realidad de manera razonada. Siempre me ha fascinado cómo Sócrates, a través de la mayéutica, buscaba evidenciar las inconsistencias en el pensamiento de sus interlocutores por medio de preguntas. Platón, con su método dialéctico, y Aristóteles, mediante su estudio de la retórica, también sentaron las bases para este concepto. Más adelante, el término “pensamiento crítico” fue popularizado por el filósofo Max Black, quien lo utilizó como título de un libro de lógica en 1946 («Critical Thinking: An Introduction to Logic and Scientific Method»).

Por otro lado, el término “pensamiento complejo” fue propuesto por el filósofo francés Edgar Morin. Este autor plantea la necesidad de interconectar diversas dimensiones de la realidad para lograr una comprensión más completa de los fenómenos. Lo que más me llama la atención de esta idea es su oposición a la división estricta del conocimiento en disciplinas, proponiendo en cambio un enfoque transdisciplinario y holístico.

Importancia del pensamiento crítico y el pensamiento complejo

Pensamiento crítico

El pensamiento crítico siempre me ha parecido una habilidad esencial para vivir en nuestra sociedad hiperconectada, ya que permite analizar y evaluar la información de manera objetiva, distinguir entre argumentos válidos y falacias, tomar decisiones informadas y resolver problemas con eficacia. En un entorno saturado de datos, donde proliferan las “fake news” y distintas formas de manipulación, esta capacidad se vuelve imprescindible para comprender la realidad y evitar engaños. Al mismo tiempo, fomenta la autonomía y la independencia de pensamiento, impulsándonos a cuestionar aquellas ideas preconcebidas que a veces damos por sentadas.

En mi experiencia, el pensamiento crítico puede aplicarse en prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana: ayuda a tomar decisiones más acertadas, incrementa la empleabilidad y, sobre todo, ofrece una comprensión más profunda del mundo y la realidad. De acuerdo con la propuesta de Valentina Gimenez en la publicación del BID “El ABC del pensamiento crítico”, existen cuatro procesos cognitivos clave involucrados en el ejercicio del pensamiento crítico:

Indagar: Implica determinar y comprender el problema a través de un proceso inquisitivo, preguntándose por qué se presenta de cierta manera y evaluando si las soluciones o afirmaciones asociadas pueden basarse en hechos o razonamientos inexactos. También es aquí donde detectamos los vacíos de conocimiento que necesitamos cubrir.

Imaginar: Consiste en identificar y revisar visiones del mundo, así como teorías alternativas o competitivas con una mentalidad abierta. Esta amplitud de perspectiva permite ver las fortalezas y debilidades de cada argumento o evidencia.

Crear: Implica formular la propia posición o solución frente a un problema, o emitir un juicio sobre las posturas de otros. Para ello, es crucial realizar una buena inferencia y mantener un equilibrio al considerar los distintos enfoques, reconociendo la complejidad inherente a muchos temas.

Reflexionar o evaluar: Aunque uno pueda considerar que su postura es sólida, el pensamiento crítico exige un proceso de autorreflexión para detectar posibles limitaciones y sesgos en los propios planteamientos.

Otro aspecto que me parece sumamente relevante es la conexión entre el pensamiento crítico y el desarrollo moral. No se limita únicamente a una habilidad cognitiva, sino que también implica cuestionar normas, valorar las consecuencias de nuestras acciones y tomar decisiones con responsabilidad ética. En lo personal, creo que esta cualidad moral subraya la importancia de reconocer cómo nuestras elecciones pueden afectar el bienestar propio y el de los demás.

Pensamiento complejo

Desde mi punto de vista, el razonamiento complejo es esencial para considerar conscientemente la totalidad de la realidad, ya que integra distintas perspectivas y dimensiones, evitando interpretaciones reduccionistas o simplistas. Esto es importante en nuestro mundo cada vez más interconectado y globalizado, donde los problemas y desafíos suelen ser multidimensionales y esta manera de razonar se convierte en una eficiente herramienta para la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones innovadoras.

En el ámbito educativo, el pensamiento complejo cobra aún más relevancia. El filósofo Edgar Morin, en su teoría del pensamiento complejo propuso siete saberes o principios básicos para la formación de las nuevas generaciones:

  1. Curar la ceguera del conocimiento: Reconocer que el conocimiento no es infalible y está sujeto a constantes revisiones.
  2. Garantizar el conocimiento pertinente: Aprender a seleccionar y filtrar la información realmente valiosa en un mundo sobrecargado de datos.
  3. Enseñar la condición humana: Apreciar tanto la unidad como la diversidad de la especie humana.
  4. Enseñar la identidad terrenal: Tomar conciencia de la interdependencia que existe entre las personas y el planeta.
  5. Enfrentar las incertidumbres: Desarrollar la capacidad de convivir con la incertidumbre intrínseca a la realidad.
  6. Enseñar la comprensión: Fomentar la empatía y el entendimiento mutuo entre personas y culturas.
  7. La ética del género humano: Promover la responsabilidad y la solidaridad hacia los demás.

Adquirir estos conocimientos resultan fundamentales para formar futuros ciudadanos capaces de comprender la complejidad del mundo y, al mismo tiempo, para contribuir al diseño de un futuro sostenible. Cuanto más profundizamos en el razonamiento complejo, mejor estamos preparados para percibir las múltiples facetas de un problema y proponer soluciones que integren los diferentes ámbitos de la vida social, económica y ambiental.

Teorías sobre pensamiento crítico y pensamiento complejo

Pensamiento crítico

El pensamiento crítico se describe como la capacidad de analizar y evaluar la coherencia de los razonamientos. Resulta muy inspiradora la definición de John Dewey en su obra «How We Think» de 1910, considerado el padre de la tradición moderna del pensamiento crítico, quien lo concibe como “la consideración activa, persistente y cuidadosa de una creencia o forma supuesta de conocimiento a la luz de los fundamentos que la sustentan y las conclusiones a las que tiende”. Para complementar esta visión, Richard Paul y Linda Elder, de la Fundación para el Pensamiento Crítico, proponen siete estándares intelectuales universales para evaluar la calidad de mis ideas o las de otros: claridad, veracidad, precisión, pertinencia, profundidad, amplitud y lógica.

En mi experiencia, las personas que piensan de manera crítica presentan algunas características relevantes:

●     Claridad al formular preguntas o inquietudes.

●     Disciplina para abordar la complejidad de manera sistemática.

●     Minuciosidad al buscar información relevante.

●     Sensatez en la elección y aplicación de criterios.

●     Cuidado al focalizarse en el problema más cercano o urgente.

●     Persistencia frente a los obstáculos.

Además, se debe tener presente que el contexto influye en la manera en que interpretamos la información y la validez de nuestros argumentos. El entorno social, cultural e individual puede modificar nuestras percepciones y conclusiones. Por eso, cuando se analiza cualquier idea o afirmación, se debe considerar el contexto en el que fue generada.

Según Ángel R. Villarini Jusino en su obra «Teoría y Pedagogía del Pensamiento Crítico», el pensamiento humano opera en tres niveles de funcionamiento mental consciente:

  1. Automático: Reaccionamos de inmediato ante estímulos, utilizando respuestas previamente aprendidas.
  2. Sistemático: Nos enfocamos en resolver problemas y tomar decisiones de manera eficaz y eficiente, empleando métodos y procedimientos estructurados.
  3. Crítico: Revisamos y evaluamos nuestro propio pensamiento para detectar posibles errores, sesgos o inconsistencias, mediante un proceso de metacognición y autoexamen.

Estas categorías reflejan los diferentes niveles en los que puede operar nuestro pensamiento, desde respuestas automáticas hasta un pensamiento de reflexión crítica consciente.

Pensamiento complejo

Siguiendo las ideas de Edgar Morin, el pensamiento complejo se entiende como una visión que reconoce que la realidad se compone de elementos interconectados e interdependientes. En este modelo, Morin propone tres principios fundamentales:

· Principio dialógico: Reconoce y valora la coexistencia de elementos contradictorios, como el orden y el caos, entendiendo que ambos son necesarios para explicar la realidad.

· Principio recursivo: Destaca la retroalimentación y la autoorganización en los sistemas, donde los productos y los efectos se convierten en causas y productores de lo que los produce.

· Principio hologramático: Sostiene que cada parte de un sistema contiene, de alguna manera, la totalidad del sistema al que pertenece.

Además, Matthew Lipman, filósofo especializado en pedagogía, en su obra «Pensamiento complejo y educación» destaca que el pensamiento de orden superior, al que también denomina pensamiento complejo y se caracteriza por ser conceptualmente rico, coherentemente organizado y persistentemente indagativo.

Uno de los conceptos que más me ha llamado la atención es el de Edgar Morin que introduce la auto-eco-organización que describe cómo los sistemas complejos, como los seres vivos, se auto-organizan y dependen de su entorno para mantener su autonomía. Esta interdependencia implica que la organización del mundo exterior está inscrita en nuestra propia estructura viviente. Además, Morin propone la ecologización del pensamiento, que nos insta a comprender los objetos de estudio en relación con su contexto y sus interacciones, evitando análisis aislados.

Finalmente, por mencionar otro concepto interesante es el de unitas multiplex fue introducido por el filósofo y psiquiatra Viktor Frankl, fundador de la logoterapia. Este término, que puede traducirse como «unidad en la multiplicidad», describe cómo el ser humano, aunque compuesto por múltiples dimensiones como cuerpo, mente y espíritu, constituye una unidad esencial. Frankl retoma esta idea de Tomás de Aquino, quien utilizó el término para expresar la complejidad unificada del ser humano. En la práctica, este concepto implica reconocer que la realidad humana no puede reducirse a una sola perspectiva o explicación; más bien, es necesario integrar diversas visiones para comprender plenamente la condición humana. El pensamiento complejo, en este sentido, busca precisamente armonizar estas múltiples perspectivas sin sacrificar la diversidad en nombre de la unidad, ni la unidad en favor de la multiplicidad.

Teóricos relevantes y sus postulados

Pensamiento crítico

  • Sócrates: Desarrolló el método mayéutico, una técnica basada en la formulación de preguntas que ayuda a los individuos a descubrir el conocimiento por sí mismos. A través del cuestionamiento constante, buscaba evidenciar las inconsistencias en el pensamiento y fomentar la reflexión crítica.
  • Platón: Introdujo el concepto de dialéctica, un método de diálogo que permite alcanzar la verdad mediante la confrontación de ideas opuestas. Su enfoque enfatiza el razonamiento estructurado y el análisis profundo de conceptos, promoviendo la búsqueda del conocimiento a través del debate.
  • Aristóteles: Es reconocido por su estudio de la retórica, considerada el arte de la persuasión mediante el discurso. Su enfoque en la lógica y la argumentación influyó en la construcción de un pensamiento crítico basado en la estructura y la solidez de los argumentos.
  • Max Black: Fue uno de los primeros en atribuir y popularizar el término «pensamiento crítico», dándole un marco conceptual moderno que permitió su desarrollo como disciplina dentro de la filosofía y la educación.
  • John Dewey: Considerado el padre del pensamiento crítico moderno, lo definió como una consideración activa, persistente y cuidadosa de una creencia o forma supuesta de conocimiento. Su enfoque destaca la importancia de la reflexión constante en la toma de decisiones y el aprendizaje.
  • Richard Paul y Linda Elder: Desarrollaron un modelo basado en siete estándares intelectuales universales para evaluar la calidad del pensamiento crítico. Estos estándares incluyen claridad, veracidad, precisión, pertinencia, profundidad, amplitud y lógica, herramientas esenciales para estructurar un análisis riguroso de la información.
  • Francis Bacon: Enfatizó la importancia del escepticismo racional y la prudencia en la búsqueda del conocimiento. Su célebre frase resume su visión del pensamiento crítico: «El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura».

Pensamiento complejo

  • Edgar Morin: Es el principal referente del pensamiento complejo, el cual describe como la capacidad de interconectar distintas dimensiones de la realidad para una comprensión más integral del conocimiento. Su teoría se basa en los principios de dialogía, recursividad y hologramía, así como en los siete saberes necesarios para la educación del futuro, donde propone un aprendizaje transdisciplinario que abarque la incertidumbre y la interconexión del saber.
  • Matthew Lipman: Destacó la relevancia de la coherencia, la riqueza conceptual y la evolución constante del pensamiento complejo. Su enfoque se centra en la educación como herramienta clave para fomentar un pensamiento crítico y creativo en los estudiantes, promoviendo el desarrollo de habilidades de razonamiento en la resolución de problemas.

Estos teóricos han influenciado profundamente el desarrollo del pensamiento crítico y el pensamiento complejo, proporcionando herramientas fundamentales para el análisis, la toma de decisiones y la comprensión de la realidad desde una perspectiva estructurada y multidimensional.

Metodologías para el pensamiento crítico y el razonamiento complejo

Pensamiento crítico

En mi experiencia, existen múltiples enfoques y herramientas para fomentar el pensamiento crítico. Algunas de las que suelo utilizar y recomendar son:

· Lectura crítica: Implica analizar y evaluar información proveniente de diversas fuentes, cuestionando la validez de los argumentos y las evidencias. A mí me ha resultado muy útil leer con un propósito claro y anotar aquellas dudas o contradicciones que surgen en el texto.

· Aprendizaje basado en problemas (ABP): Enfrentar a los estudiantes (o incluso a uno mismo) con escenarios problemáticos que exijan la aplicación de habilidades de pensamiento crítico para encontrar soluciones. Me parece una metodología muy dinámica, pues involucra el razonamiento, la colaboración y la búsqueda de evidencias sólidas.

· Método socrático: Emplear preguntas para guiar a las personas en la exploración de ideas y la construcción de conocimientos. Cuando practico este método, suelo descubrir su eficacia para profundizar en el tema y examinar posibles sesgos.

· Escritura reflexiva: Fomentar el uso de la escritura como herramienta para analizar y evaluar ideas. Personalmente, escribir me ayuda a aclarar mi pensamiento y a plantear argumentos más sólidos.

Pensamiento complejo

El desarrollo del pensamiento complejo puede fortalecerse a través de diversas metodologías que favorecen la integración de perspectivas y la comprensión de problemas multifacéticos. Según Velducea, Marín y Soto en su artículo de 2019 “Estrategias de Intervención y Pensamiento Complejo en la Formación Universitaria”, algunas de las más utilizadas en la educación universitaria incluyen:

  • Estudio de caso: Permite analizar situaciones reales y complejas para identificar la interrelación de distintos factores, facilitando la comprensión integral de los problemas.
  • Cartografía conceptual: Favorece la representación visual de las conexiones entre diferentes conceptos, ayudando a percibir relaciones que pueden pasar desapercibidas en un análisis lineal.
  • Aprendizaje basado en proyectos: Involucra el desarrollo de proyectos que requieren la integración de diversas áreas del conocimiento, promoviendo la colaboración y la creatividad.
  • Uso de plataformas digitales (Moodle): Facilita la interacción y el aprendizaje colaborativo, brindando flexibilidad y acceso a recursos educativos en línea.

Según los autores este enfoque ha demostrado contribuir significativamente al aprendizaje significativo, la motivación de los estudiantes y el trabajo colaborativo, integrando herramientas digitales y metodologías activas para enfrentar los desafíos del mundo actual.

Metodologías de Pensamiento

Tanto el pensamiento crítico como el pensamiento complejo se benefician de estrategias mencionadas que promueven la participación activa, la reflexión y el análisis profundo. Sin embargo, cada una de estas formas de pensar requiere metodologías específicas para potenciar sus respectivas cualidades.

Mientras el pensamiento crítico se enfoca principalmente en analizar y evaluar la información. Herramientas como la lectura crítica y el método socrático ayudan a desarrollar la habilidad de cuestionar datos, detectar posibles sesgos y crear argumentos sólidos. Por su parte, el aprendizaje basado en problemas (ABP) ofrece desafíos que exigen la aplicación del pensamiento crítico para encontrar soluciones, lo que fomenta una actitud reflexiva y minuciosa.

Por otra parte, el pensamiento complejo busca la integración de diferentes dimensiones de la realidad. El estudio de caso resulta útil para examinar situaciones reales con múltiples variables, mientras que la cartografía conceptual facilita la visualización de la interrelación entre conceptos diversos. Además, el aprendizaje basado en proyectos incentiva la colaboración e impulsa la unión de distintas áreas de conocimiento con el fin de abordar problemáticas de manera integral.

En resumen, las metodologías para el pensamiento crítico se centran en el análisis y la evaluación, mientras que las diseñadas para fomentar el razonamiento complejo se enfocan en la integración y en brindar una perspectiva holística de los temas que se estudian.

Similitudes y diferencias entre el pensamiento crítico y el pensamiento complejo

Similitudes

·         Ambos apuntan a una comprensión profunda de la realidad, evitando miradas superficiales.

·         En ambos casos es fundamental la habilidad de analizar, evaluar e integrar información proveniente de distintas fuentes.

·         Tanto el pensamiento crítico como el razonamiento complejo son cruciales para la toma de decisiones y la resolución de problemas, pues permiten abordar situaciones de manera más reflexiva y fundamentada.

Diferencias

·         El pensamiento crítico pone mayor énfasis en el análisis y la evaluación de la información, mientras que el pensamiento complejo se concentra en la integración de múltiples dimensiones de la realidad.

·         El pensamiento crítico se basa en la lógica y la evidencia como pilares, mientras que el pensamiento complejo asume la incertidumbre y la ambigüedad como partes inherentes del mundo que nos rodea.

·         Aunque el pensamiento crítico aspira a la objetividad, el pensamiento complejo incorpora la subjetividad y la reconoce como un componente esencial del proceso de conocimiento.

Aplicaciones prácticas del pensamiento crítico y complejo

Tanto el pensamiento crítico como el pensamiento complejo aportan una gran riqueza a distintas áreas de la vida personal, profesional y social. A continuación, comparto algunas aplicaciones clave que se ha considerado:

Pensamiento crítico

· Educación: Es fundamental para formar estudiantes capaces de analizar y cuestionar la información que reciben, desarrollando una comprensión más profunda y autónoma del mundo que los rodea.

· Entorno laboral: Un buen dominio del pensamiento crítico permite tomar decisiones más fundamentadas, resolver problemas de manera eficiente y mejorar notablemente la productividad. Además, el pensamiento crítico permite a los emprendedores y empresarios tomar decisiones informadas, resolver problemas de manera eficiente y mejorar la productividad. Al analizar objetivamente situaciones complejas, se pueden identificar oportunidades y mitigar riesgos, fortaleciendo la posición competitiva de la empresa.

· Vida cotidiana: Facilita la evaluación objetiva de situaciones diarias, permitiendo tomar decisiones conscientes y formar opiniones propias, en lugar de adoptar pasivamente las de otros.

· Ciudadanía: Al ejercer el pensamiento crítico, los individuos pueden participar activamente en la sociedad, filtrando la información que reciben y adoptando posturas responsables sobre diversas problemáticas.

Pensamiento complejo

· Ciencia: Es esencial para comprender fenómenos naturales y sociales complejos, ya que exige integrar múltiples variables y perspectivas.

· Tecnología: En el desarrollo de soluciones innovadoras, el pensamiento complejo facilita la identificación de conexiones entre diferentes áreas del conocimiento, promoviendo avances tecnológicos significativos.

· Gestión empresarial: Para emprendedores y empresarios, el pensamiento complejo es crucial en la toma de decisiones estratégicas. Considerar factores internos y externos interrelacionados permite diseñar estrategias más robustas y adaptativas, especialmente en mercados dinámicos y competitivos.

· Desarrollo social: Abordar problemas sociales desde un enfoque integral requiere contemplar la interrelación de aspectos económicos, culturales y ambientales, promoviendo soluciones sostenibles y equitativas.

El estudio anteriormente citado de Velducea, Marín y Soto pone de relieve la relación entre emprendimiento social, pensamiento complejo y autoeficacia empresarial. En este estudio, los estudiantes que participaron en proyectos de emprendimiento social, dirigidos a resolver necesidades de manera sostenible, desarrollaron habilidades de razonamiento complejo y reforzaron su autoeficacia emprendedora. A mi modo de ver, esto sucede porque el emprendimiento social demanda la capacidad de integrar perspectivas diversas, analizar factores interrelacionados y tomar decisiones bajo contextos de incertidumbre, todas ellas habilidades propias de un pensamiento complejo bien desarrollado.

Aplicaciones en el Ámbito Emprendedor y Empresarial

  • Identificación de Oportunidades: El pensamiento crítico permite a los emprendedores analizar tendencias del mercado, evaluar necesidades no satisfechas y detectar nichos potenciales para nuevos productos o servicios.
  • Innovación y Creatividad: Cuestionar suposiciones establecidas y explorar múltiples perspectivas fomenta la generación de ideas innovadoras, diferenciando a la empresa en el mercado.
  • Gestión de Riesgos: Un enfoque crítico y complejo en la evaluación de riesgos permite anticipar desafíos, desarrollar estrategias de mitigación y adaptarse a cambios inesperados en el entorno empresarial.
  • Toma de Decisiones Estratégicas: Integrar múltiples variables y considerar la interdependencia de factores internos y externos conduce a decisiones más informadas y alineadas con los objetivos a largo plazo de la empresa.
  • Liderazgo y Gestión de Equipos: Aplicar el pensamiento complejo en la gestión de recursos humanos facilita la comprensión de dinámicas grupales, promoviendo un liderazgo más efectivo y una cultura organizacional resiliente.

En resumen, la integración del pensamiento crítico y complejo en el ámbito emprendedor y empresarial no solo mejora la capacidad para enfrentar desafíos, sino que también impulsa la innovación, la adaptabilidad y el éxito sostenible en un entorno cada vez más interconectado y dinámico.

¿Debemos desarrollar el pensamiento crítico y el pensamiento complejo?

Bajo mi perspectiva, estas dos habilidades son fundamentales para todas las personas, independientemente de su edad, profesión o nivel educativo. Cuanto antes se introduzcan, mayores serán los beneficios: fomentarlas desde la infancia impulsa el desarrollo de una mentalidad curiosa, capaz de cuestionar la información y comprender la complejidad del mundo.

En el ámbito educativo, me parece vital que los docentes promuevan tanto el pensamiento crítico como el razonamiento complejo en sus estudiantes. De ese modo, se forma una ciudadanía responsable, preparada para analizar la información, tomar decisiones fundamentadas y, en última instancia, contribuir de manera positiva al desarrollo de la sociedad.

Desde el ámbito del emprendimiento y la gestión empresarial, desarrollar el pensamiento crítico y complejo es esencial para administrar en entornos dinámicos y competitivos. Estas habilidades permiten a emprendedores y líderes empresariales analizar objetivamente información, cuestionar suposiciones y evaluar múltiples perspectivas antes de tomar decisiones estratégicas.

Al fomentar una cultura organizacional que valore el pensamiento crítico, las organizaciones pueden identificar oportunidades innovadoras, anticipar desafíos y adaptarse eficazmente a los cambios del entorno. Además, el razonamiento complejo facilita la comprensión de sistemas interconectados, permitiendo a los lideres abordar problemas multifacéticos con soluciones integrales y sostenibles. Por lo tanto, integrar estas competencias en la formación y desarrollo de equipos no solo mejora la toma de decisiones, sino que también impulsa la resiliencia y el éxito a largo plazo de las organizaciones.

¿Qué más hay del pensamiento crítico y el pensamiento complejo?

Pensamiento crítico

Las investigaciones más recientes reflejan un creciente interés por el desarrollo del pensamiento crítico en diversos contextos, como la educación, el ámbito laboral, en lo empresarial e incluso la vida cotidiana. En mi experiencia, herramientas como la lectura crítica, el aprendizaje basado en problemas (ABP) y el método socrático se han convertido en pilares para fomentar esta habilidad.

Cuando hablamos de propuestas de frontera para el pensamiento crítico, considero tres grandes líneas que destacan en el panorama actual:

  1. Integración del pensamiento crítico en el currículo educativo: Diseñar programas que lo promuevan desde etapas tempranas de la formación, dotando a los estudiantes de herramientas para analizar información y argumentar con solidez.
  2. Aplicación del pensamiento crítico en la era digital: Adaptar las competencias de pensamiento crítico al inmenso flujo de datos que circula en redes sociales y medios digitales, para que las personas sean capaces de filtrar la información y evitar la desinformación.
  3. Desarrollo de herramientas de evaluación: Crear y perfeccionar instrumentos que permitan medir de manera confiable el nivel de pensamiento crítico de individuos o grupos, contribuyendo a un seguimiento y mejora constantes.

Pensamiento complejo

Por otro lado, el razonamiento complejo ha experimentado un avance significativo en cuanto a la comprensión de la complejidad como paradigma para abordar la realidad. Hoy, se han formulado distintos modelos y metodologías que aplican este enfoque en campos como la ciencia, la tecnología, la gestión empresarial y el desarrollo social.

En este sentido, me parece que las propuestas de frontera se concentran en:

  1. Resolución de problemas globales: Poner en práctica el razonamiento complejo para enfrentar desafíos de gran magnitud, como el cambio climático, la pobreza y la desigualdad, reconociendo la interdependencia de factores ambientales, económicos y sociales.
  2. Integración del pensamiento complejo en la inteligencia artificial: Explorar sistemas de IA capaces de procesar la complejidad de la realidad, contemplando múltiples variables y perspectivas a la hora de tomar decisiones automatizadas.
  3. Nuevas metodologías de enseñanza: Diseñar estrategias pedagógicas innovadoras que impulsen el razonamiento complejo en los estudiantes, fomentando una mirada holística y transdisciplinaria desde las etapas iniciales de su formación.

En mi opinión, esta evolución constante en el estudio del pensamiento crítico y el razonamiento complejo apunta a la necesidad de preparar a las personas para un mundo cada vez más impredecible y multidimensional. Quienes logren dominar estas habilidades estarán mejor equipados para navegar la complejidad de nuestro presente y futuro.

Resumen

El pensamiento crítico y el razonamiento complejo actúan como dos caras de una misma moneda: ambos apuntan a una comprensión profunda y holística de la realidad. Con raíces filosóficas que se remontan a la antigua Grecia, inspiradas en figuras como Sócrates, Platón y Aristóteles, estas habilidades han ido evolucionando bajo la influencia de diversos teóricos.

Pensamiento crítico: Se centra en el análisis y la evaluación rigurosos de la información. John Dewey, Richard Paul y Linda Elder han propuesto principios y destrezas esenciales para pensar de manera crítica, como la claridad, la precisión y la lógica.

Razonamiento complejo: Edgar Morin y Matthew Lipman, por su parte, han impulsado el entendimiento de la complejidad como un paradigma para comprender la interconexión entre sistemas y fenómenos, integrando múltiples perspectivas.

En mi experiencia, ambos enfoques son cada vez más importantes para desenvolverse en una sociedad saturada de datos, facilitando la toma de decisiones y la resolución de problemas complejos. Esto se extiende a ámbitos tan diversos como la educación, el trabajo, la vida cotidiana e incluso la participación ciudadana.

Para desarrollar estas competencias, se han planteado diversas metodologías: lectura crítica, aprendizaje basado en problemas (ABP), estudio de caso y cartografía conceptual, entre otras. La elección de una u otra depende de nuestras metas de aprendizaje y del contexto en el cual se apliquen.

En definitiva, el pensamiento crítico y el razonamiento complejo resultan fundamentales para el crecimiento personal y social. Fomentarlos contribuye a forjar una sociedad más justa, equitativa y sostenible.

Conclusiones

●     El pensamiento crítico y el razonamiento complejo son habilidades indispensables para entender y afrontar el mundo de hoy.

●     Su dominio favorece la toma de decisiones más acertadas, una mejor resolución de problemas y el desarrollo de una ciudadanía consciente.

●     Invertir en la formación de estas destrezas desde la infancia es clave para construir una sociedad más justa y equitativa.

Recomendaciones

  1. Integración en la educación: Incluir contenidos y actividades que promuevan el pensamiento crítico y el razonamiento complejo desde los primeros años de escolarización.
  2. Fomentar la lectura crítica: Formar a los estudiantes para que analicen y contrasten información de manera reflexiva.
  3. Metodologías activas: Apostar por métodos como el aprendizaje basado en proyectos, el estudio de casos o la cartografía conceptual.
  4. Entornos participativos: Crear ambientes de aprendizaje donde se incentive el debate y la construcción colaborativa del conocimiento.
  5. Formación docente: Capacitar a quienes enseñan, dotándolos de herramientas y criterios de evaluación para trabajar el pensamiento crítico y el razonamiento complejo.
  6. Investigación continua: Promover estudios que amplíen la comprensión de estas habilidades y ofrezcan nuevas técnicas e instrumentos de desarrollo.
  7. Aplicación cotidiana: Llevar estas competencias más allá del ámbito académico, aplicándolas en la vida diaria, en el entorno laboral y en el ejercicio ciudadano.
  8. Para el emprendimiento: Es esencial ya que les permite analizar objetivamente la información, identificar oportunidades innovadoras y tomar decisiones fundamentadas.
  9. Para la gestión empresarial: Fomentar el pensamiento crítico y complejo entre los líderes y colaboradores es crucial para mejorar la toma de decisiones estratégicas, resolver problemas de manera eficiente y promover una cultura de innovación.

En definitiva, este análisis ha permitido profundizar en el origen, la esencia y la utilidad práctica del pensamiento crítico y el razonamiento complejo. Ambos constituyen recursos inestimables para afrontar un entorno cada vez más incierto y cambiante. Al poner en práctica estas habilidades, estamos un paso más cerca de configurar un futuro prometedor, donde la capacidad de análisis y la visión integrada del mundo se traduzcan en acciones más sensatas y solidarias.

Gracias por su lectura.

Atentamente.

Ricardo Gaibor.

Libros Recomendados

· Critical Thinking: An Introduction to Logic and Scientific Method de Max Black: Este libro popularizó el término «pensamiento crítico» y ofrece una introducción a la lógica y al método científico.

· Los siete saberes necesarios para la educación del futuro de Edgar Morin: Morin propone siete principios fundamentales para la educación, enfatizando la necesidad de un pensamiento complejo que integre diversas dimensiones de la realidad.

· Cómo pensamos de John Dewey: Considerado el padre de la tradición moderna del pensamiento crítico, Dewey describe este tipo de pensamiento como una «consideración activa, persistente y cuidadosa de una creencia o forma supuesta de conocimiento».

· The Miniature Guide to Critical Thinking Concepts and Tools de Richard Paul y Linda Elder: En esta guía, los autores presentan estándares intelectuales universales para evaluar la calidad del pensamiento, como claridad, veracidad, precisión, pertinencia, profundidad, amplitud y lógica.

· Pensamiento complejo y educación de Matthew Lipman: Lipman destaca la importancia de la coherencia, la riqueza conceptual y la constante evolución en el pensamiento complejo, subrayando su relevancia en el ámbito educativo.

· El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl: Aunque más conocido por su enfoque en la logoterapia, Frankl introduce la noción de unitas multiplex, describiendo cómo los seres humanos, aunque compuestos por múltiples dimensiones, constituyen una unidad esencial.

· Enseñar pensamiento crítico de Bell Books: Este libro ofrece herramientas audaces para enfocar la enseñanza, buscando transformar tanto la educación como a nosotros mismos.

· Introducción al pensamiento complejo de Edgar Morin: Una obra que expone las limitaciones del pensamiento reduccionista y destaca la fuerza del pensamiento complejo.

· El pensamiento crítico en pocas palabras de Thinknetic: Guía práctica para convertirse en un pensador independiente y tomar decisiones inteligentes, mejorando habilidades de análisis y resolución de problemas.

· Pensamiento crítico: La guía definitiva de Scott Lovell: Este libro aborda cómo mejorar las habilidades de pensamiento crítico, resolver problemas y evitar sesgos cognitivos en la toma de decisiones.

· Filosofía ante el desánimo: Pensamiento crítico para construir una personalidad sólida de José Carlos Ruiz: La filosofía como herramienta para construir nuestra personalidad ante la volatilidad de los tiempos actuales.

· La virtud de pensar: Pensamiento crítico para tiempos revueltos de María Ángeles Quesada: Este libro aborda en qué consiste el pensamiento crítico y cómo cultivarlo en un mundo complejo y confuso.

· ABC del Pensamiento Complejo: En Homenaje a los 100 años de Edgar Morin de Yezid Soler Barbosa: Brevario que aporta conceptos básicos para comprender situaciones complejas en el mundo actual, fomentando soluciones creativas con visión de futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


×